Para ponernos en situación, el diseñador se ha traído la flora característica de esta zona de Valencia, los juncos y las cañas y las cañas rodeaban la salida de la pasarela. Paola Dominguín ha abierto el desfile y ha salido en tres ocasiones en total. El homenaje a Valencia y a su mar se ha visto en los detalles de redes en los primeros modelos, gorras marineras para ellos y ellas sobre pañuelos, que en muchos casos eran pañuelos falleros, con el típico estampado de cuadros azules y blancos que también ha aplicado en camisas y vestidos. El color azul ha sido una constante, tambien colores tierra, ocres, negros y marrones. En cuanto a los estampados  hemos podido ver desde motivos florales a lunares o motivos más invernales. Ha habido algunos detalles de punto pero ha sido la minoría. Mucha gasa y transparencia sobre todo para la noche, con vestidos en lamé brillantes en tonos dorados y azules y brillos también para ellos con camisas e incluso monos en tafetán. En cuanto a las faldas, desde minifaldas con vuelo o rectas hasta faldas largas de cintura alta muy entalladas (silueta sirena) con una apertura hasta la mitad del muslo. Las más espectaculares han sido las faldas del vestido de novia y del modelo final de Paola Dominguín, esta en azul. Las dos realizadas a base de  capas superpuestas acabadas en volantes (aspecto de capote) que aportaban un volumen extraordinario al diseño. También ha habido variedad de tejidos,  el tweed aplicado en jerseys y hasta en trajes de  chaqueta. Tampoco han faltado detalles de piel en boleros o bufandas.